Durante las últimas jornadas de mayo, el panorama meteorológico dio un giro importante. Luego de varias semanas con temperaturas templadas y registros por encima de lo habitual, el ingreso de una masa de aire frío provocó un descenso térmico significativo. Este cambio brusco trajo consigo heladas generalizadas, no sólo en la región pampeana, sino también en sectores del norte argentino.
Este comportamiento marcó un final invernal para un mes que, en su primera mitad, se había mostrado más cálido de lo esperable. Las bajas temperaturas, acompañadas por condiciones de estabilidad atmosférica posterior, dejaron un ambiente más frío y seco, configurando así el escenario de entrada al mes de junio.
A partir de este contexto, es posible comenzar a delinear las primeras proyecciones del comportamiento climático de junio, tanto en términos de precipitaciones como de temperaturas. La tendencia general indica que el nuevo mes se mantendría dentro de parámetros típicos para esta época del año, sin grandes excesos ni déficits marcados a escala nacional.
De acuerdo con las proyecciones del modelo europeo de referencia, la tendencia de lluvias para el mes de junio muestra comportamientos mayormente normales en todo el país. Sin embargo, se destaca una leve señal de déficit en la región pampeana, especialmente en provincias como Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba.
Este escenario de menores precipitaciones puede resultar favorable para el sector agropecuario. Luego de un otoño particularmente activo en materia de lluvias, un junio con menor actividad pluvial permitiría conservar buenos niveles de humedad en el suelo, pero sin interferir significativamente en la logística de siembra de los cultivos de invierno.
En otras regiones del país, como el norte y el oeste argentino, no se observan desvíos significativos respecto a los promedios habituales de junio. Esto sugiere que las lluvias podrían mantenerse dentro de una variabilidad esperable, sin episodios extremos ni prolongadas situaciones de sequía.
En cuanto a las temperaturas, junio se presenta con una tendencia cercana a los promedios históricos. Luego del pulso frío que cerró mayo, se espera que las condiciones térmicas se estabilicen dentro de los rangos normales para esta época, sin nuevos ingresos de aire extremadamente frío en el corto plazo.
Esto significa que se mantendrá un ambiente frío, típico del invierno argentino, con presencia recurrente de heladas en amplias zonas del país. Este comportamiento no representa una anomalía, sino un patrón acorde con la estación, lo que podría incluso colaborar en la conservación de la humedad del suelo debido a la baja evaporación y la escasa radiación solar.
En resumen, junio inicia con condiciones climáticas más estables, con lluvias acotadas en la región pampeana y temperaturas dentro del rango esperado. Un escenario que, al menos en sus primeras semanas, no muestra señales de eventos extremos, y que puede resultar beneficioso para las tareas agrícolas de esta época del año.