Europa atraviesa en 2025 una de las sequías más severas registradas en el siglo XXI. Según el Observatorio Europeo de la Sequía, más del 35 % del territorio de la UE se encuentra en condiciones de advertencia, y un 0,6% en estado de alerta crítica. Las imágenes satelitales de Copernicus revelan un descenso alarmante en la vegetación en regiones como Irlanda, donde 70.000 personas están sujetas a restricciones de agua.
En Alemania, el Rin ha alcanzado niveles mínimos históricos, con solo 1,54 metros en Colonia, afectando gravemente el transporte fluvial. Mientras tanto, en el Reino Unido, los ríos presentan niveles excepcionalmente bajos, y los agricultores se ven obligados a regar cultivos desde marzo, algo inusual para la temporada.
Incluso países tradicionalmente húmedos como Bélgica y los Países Bajos han registrado precipitaciones cuatro veces por debajo del promedio, marcando la primavera más seca en más de un siglo. Este patrón climático extremo se atribuye a un sistema de alta presión persistente que ha bloqueado las lluvias en gran parte del continente.
La sequía ha golpeado con fuerza al sector agrícola. En Irlanda, lagos como Lough Owel han alcanzado su nivel más bajo en 50 años, lo que ha llevado a prohibiciones de uso de mangueras en varias regiones. En Alemania y los Países Bajos, los agricultores enfrentan pérdidas significativas en cultivos de cereales y hortalizas debido a la falta de humedad en el suelo, tal como releva The Guardian.
El Centro Común de Investigación de la Comisión Europea advierte que, aunque las temperaturas moderadas han mitigado algunos efectos, la escasez de lluvias en el noroeste de Europa ha reducido la humedad del suelo a niveles críticos, poniendo en riesgo las cosechas de invierno y primavera.
Las pérdidas económicas son considerables. Se estima que la UE enfrenta pérdidas anuales de 28.300 millones de euros en cultivos y ganado debido a fenómenos meteorológicos extremos, siendo la sequía responsable de más de la mitad de estas pérdidas. Además, sólo una fracción de estas pérdidas está asegurada, lo que agrava la situación financiera de los agricultores.
Ante esta crisis, la Comisión Europea ha propuesto que los países de la UE reduzcan el uso de agua en al menos un 10 % para 2030. Este plan, el primero de su tipo, busca mejorar la eficiencia hídrica en todo el bloque y responde a la creciente escasez de agua subterránea, algo sobre lo que informa Financial Times.
Driest spring in north-western Europe hits crop yields! From drought️ in to abundance in Spain, get the latest agricultural insights in our May 2025 MARS Bulletin. https://t.co/oEECfRlopB pic.twitter.com/Ps3IT9zfwn
— irene biavetti (@irenebiavetti) May 27, 2025
La iniciativa incluye inversiones en infraestructura para reducir las fugas de agua, que actualmente representan el 25 % del suministro en la UE, y promueve el aumento del uso de agua reciclada, que actualmente es solo del 2,4 %. El Banco Europeo de Inversiones respaldará el plan con 15.000 millones de euros en préstamos y garantías entre 2025 y 2027.
Sin embargo, la implementación de estas medidas enfrenta desafíos. La Comisión ha señalado que sólo un "número limitado" de estados ha considerado medidas de resiliencia hídrica. Además, la competencia por los recursos hídricos ha generado tensiones entre agricultores y ambientalistas en países como Francia y España, donde se han producido enfrentamientos por los derechos de agua y la construcción de presas.